La organización agraria ENBA, ha recibido numerosas denuncias y quejas por parte de agroturismos y casas rurales de Euskadi ante el gran revuelo que ha creado entre estos la situación de total falta de seguridad que suponen los escasos 20 metros de seguridad que contempla el proyecto de Ley de caza del Parlamento Vasco.

 

Según los afectados, esta distancia que puede ser reducida a cero metros en las vías verdes, caminos de menos de dos metros de ancho o cuando el cazador cree que puede ver 250 metros en cada sentido del camino, supone un atropello contra la seguridad de los habitantes del medio rural.

 Casos lamentables como el de Ortuella ocurrido en diciembre del 2007 en el que una mujer de 51 años casi pierde la mano por el disparo de un cazador en un bidegorri parecen haber sido olvidados, o mejor dicho tapados por el lobby de cazadores.

Numerosos vecinos de áreas rurales y titulares de agroturismos aún no llegan a comprender cómo los ayuntamientos no han ejercido una mayor presión en la redacción del texto del borrador de Ley para hacer respetar los derechos básicos y la seguridad de los viandantes de los bidegorris que en numerosos casos son de su titularidad.

En este sentido, también está siendo muy preocupante la afección que podría ocasionar la reducción de 200 a 100 metros (tal y como lo piden ADECAP y la Federación de caza) la distancia de seguridad hacia aquellos caseríos que son agroturismos y que dependen económicamente de la presencia de turistas en sus instalaciones.

ENBA no comprende la actitud de algunos representantes de los cazadores

Por otra parte, la Organización Agraria ENBA aún no alcanza a comprender la estrategia suicida de algunos representantes de los cazadores en la supuesta defensa de la caza.

En opinión de esta Organización, es muy difícil explicar a la sociedad cómo mientras que un baserritarra o cualquier propietario de un terreno puede expulsar de sus terrenos a un grupo de personas que se han puesto a jugar a fútbol, ni puede decir nada ni puede expulsar a un grupo de cazadores que están disparando con armas de fuego en su propiedad.

En opinión de esta organización, a algunos representantes de los cazadores se les ha olvidado que mientras que hay 100.000 cazadores en Euskadi, son más de dos millones las personas que no cazan y que pueden comenzar a cansarse de una actividad que además de molesta, puede resultar peligrosa.

Las exigencias de los cazadores son difíciles de justificar y mucho menos mantener

Siendo que una de las mayores exigencias por parte de los cazadores es la reducción de 200 a 100 metros la distancia de seguridad hacia caseríos y explotaciones agrarias, porque entienden que 100 metros son suficientes para garantizar la seguridad, ENBA no comprende cómo estos mismos cazadores ven con buenos ojos que la distancia de prohibición de caza de la mancha en la que se está realizando una batida sea por lo menos de 500 metros o que la distancia entre líneas de caza sea de 250 metros para caza menor y 500 para caza mayor.

¿Es que acaso un caserío o un baserritarra merece menos seguridad que un cazador?

ENBA y la Asociación Babestu Bizitza continuarán trabajando conjuntamente

Tras la mezquina actitud mostrada por los representantes de los cazadores faltando a su palabra y rompiendo el acuerdo de septiembre de 2008, ENBA y Babestu Bizitza (asociación de afectados por la caza de la zona de Urdaibai) están definiendo la estrategia a desarrollar a largo plazo de manera común con el objetivo de que tanto vecinos del medio rural como baserritarras no vuelvan a ser engañados y traicionados por el lobby de cazadores.

Con objeto de que este lobby de presión no engañe también a los parlamentarios vascos, ENBA ha transmitido documentación escrita a todos los grupos que conforman el arco parlamentario que demuestran el engaño que se está intentando realizar a toda la sociedad vasca.

Es por ello que la organización agraria ENBA confía en que los grupos parlamentarios defiendan un proyecto de ley equilibrado como el que se propone desde el Gobierno Vasco, que no se reduzcan ni un ápice las distancias de seguridad o que en todo caso las aumente.