Cinco organizaciones agropecuarias de la cornisa cantábrica, ENBA- Euskal Nekazarien Batasuna, ASAGA- Asociación Agraria de Galicia, ASAJA Asturias, ASAJA Cantabria y UAGN-Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra, se han unido para defender los intereses de los profesionales del sector en el norte de la península, ante los graves perjuicios que les podrían ocasionar las medidas propuestas por el proyecto de Real Decreto sobre el que trabaja el Ministerio de Agricultura y en el que se pretenden establecer las normas para la “nutrición de los suelos agrarios”.

Ante las duras consecuencias a las que se tendrían que enfrentar los ganaderos del norte de España si se aprueba esta normativa, estas cinco organizaciones han presentado de forma conjunta una serie de alegaciones a ese proyecto de RD. Para comenzar, han querido dejar presente en su escrito que “el sector vacuno de la Cornisa Cantábrica está conformado por miles de explotaciones, la inmensa mayoría de ellas explotaciones de carácter familiar, vinculadas al territorio y con una dimensión fuertemente condicionada por la difícil orografía de las zonas montañosas del norte, por el pequeño tamaño de las mismas, y por una climatología con abundantes precipitaciones”.

En las alegaciones presentadas también quieren recordar que “en el Documento orientativo sobre la prevención y reducción de las emisiones de amoniaco de origen agropecuario de UNECE, se indica claramente que los medios de aplicación localizados no son adecuados cuando la pendiente del terreno es superior al 15% . Por tanto, deberá incluirse esta limitación, además de que es imposible aplicar de forma localizada estiércoles o purines con un grado de humedad inferior al 88%, por la sencilla razón de que no fluyen a través de los tubos colgantes y, mucho menos, a través de los inyectores”.

El problema de los ríos

Igualmente, las fuertes pendientes y el gran número de ríos, riachuelos y regatas presentes en el territorio limitan enormemente las labores relacionadas con el abonado. Resulta evidente que la calidad de las aguas es una de las grandes preocupaciones de los ganaderos que, además, en la inmensa mayoría de casos, son usuarios y consumidores de concesiones administrativas de agua para consumo humano y agroganadero.

La creciente concienciación medioambiental de los ganaderos y la innegable presión del conjunto de la sociedad por impulsar un sector primario aún más sostenible, hace que los profesionales del campo sean conscientes de la necesidad de ir adoptando pasos y medidas que tiendan a una mayor sostenibilidad. Por todo ello, las organizaciones manifiestan que “aceptamos como propia la necesidad de ir aprobando planes de fertilización individuales en base a las indicaciones de asesorías técnicas, y estimamos necesario mejorar tanto nuestras instalaciones como la maquinaria para tales trabajos. Ahora bien, teniendo en cuenta que el retroceso de la actividad ganadera supone el abandono del territorio, la proliferación de maleza y de especies invasoras, y la proliferación de incendios, además de la sobrepoblación de fauna salvaje incontrolada; por todo ello, estimamos que la sociedad y los poderes públicos deben de compatibilizar la necesaria conservación del medio ambiente, con la ayuda a las explotaciones agroganaderas para que puedan asegurar su supervivencia. Explotaciones que, además, se encuentran mayoritariamente en zonas sin otra alternativa productiva como son las áreas desfavorecidas y de montaña”.

Perjudicial, principalmente, para el sector vacuno

“Teniendo en cuenta la realidad de la ganadería de la Cornisa Cantábrica -continúan alegando las organizaciones en su escrito-, valoramos este proyecto de RD como gravemente perjudicial para el sector ganadero de vacuno de leche y vacuno de carne. Subrayar, por su gravedad, que como organizaciones ganaderas de la Cornisa Cantábrica calificamos dicho RD como todo un ataque en plena línea de flotación al sector lácteo en su conjunto”.

Estas medidas podrían conllevar la deslocalización de la producción lechera de la Cornisa Cantábrica, impulsando el cierre de las explotaciones familiares de montaña y la concentración de la producción en macrogranjas ubicadas en las zonas llanas de la Península. Del mismo modo, tampoco conviene desdeñar las consecuencias que esta deslocalización de la producción lechera tendría en la industria láctea existente en la Cornisa que, paulatinamente, se vería abocada a trasladarse hacia otras latitudes y zonas cercanas a la producción y a los grandes núcleos de consumo.

El artículo 11

Al final de esta nota de prensa, anexamos el documento completo de las alegaciones presentadas conjuntamente por las cinco organizaciones agropecuarias. Pero, antes de ello, vemos necesario hacer una aclaración sobre el artículo 11, posiblemente el más peligroso para el futuro del sector de este proyecto de Real Decreto.

A través de este artículo, el ministerio pretende que se prohíba en toda la península echar los purines como se hacía hasta ahora: a través de abanicos o cañones. En cambio, quieren obligar a utilizar nuevas máquinas localizadoras e inyectores de purín. Por todo lo explicado anteriormente, en la cornisa cantábrica sería imposible utilizar esos sistemas por la orografía, las características de las fincas y la humedad existente.

En la mayoría de las parcelas del norte de la península, este tipo de maquinaria no podría trabajar. En muchas de ellas, ni siquiera podría acceder o se hundirían por su excesivo peso. Y todo ello, sin tener en cuenta la inabordable inversión que tendrían que realizar los ganaderos para hacerse con esas máquinas. Y eso en el supuesto que los fabricantes pudiesen abastecer a todos los profesionales a tiempo.

Documento de Alegaciones