Reflejo de este desequilibrio es el abismo de precios que existe entre lo que percibe el baserritarra, agricultor y/o ganadero, y lo que abona el consumidor final cada vez que se acerca a un punto de venta dándose la paradoja que mientras el precio de venta al público (PVP) se mantienen altos, nuestros productores no alcanzan a cubrir ni siquiera los gastos de producción.
Como botón de muestra adjuntamos el último BEHATOKIA, publicación elaborada por el servicio de estadística del Gobierno Vasco donde en su última página se recogen los resultados del Observatorio de Precios de Productos Alimentarios del País Vasco correspondientes al mes de septiembre.
En dicho documento comprobarán como la diferencia entre el precio percibido por el productor y el PVP abonado por el consumidor va desde un 435,41% en el caso de la ternera, un 333,83% en el caso del cordero, el 146% en la leche de vaca, el 91% en el caso del pollo, un 110% en los huevos, un 39% en los tomates, etc.
Desde ENBA solicitamos una reacción de las administraciones y muy especialmente de la Comisión Europea que debiera insertar esta cuestión como una de las prioridades de la nueva reforma de la PAC.