Últimamente se ha podido ver que algunos establecimientos han apostado por el producto local, entre ellos está Eroski. Es de felicitar que haya apostado por la carne de vacuno local, pero no tanto que lo utilice como herramienta de marketing.
Teniendo en cuenta los márgenes ajustados que sufrimos l@s baserritarras, la importancia que le damos a la calidad, las medidas de producción tan rigurosas que debemos cumplir… cuando utilizan la carne que producimos como simple gancho de marketing corren el riesgo de banalizar nuestro trabajo. Con esto no queremos decir que estemos en contra de ofrecerles a los consumidores la oportunidad de ahorrar, sino que se respeten la carne de vacuno producida por nosotros y que se le reconozca el lugar que se merece, ni más ni menos.
No confundáis a l@s consumidores, puesto que frecuentemente el marketing mediante medias verdades confunde al consumidor y no queremos que se utilicen nuestros productos con ese fin. Detrás de nuestros productos hay un trabajo ligado a la tierra, la determinación de cuidar nuestro medioambiente y el compromiso de producir productos sanos y de calidad.
Se debe impulsar el consumo responsable. Necesitamos personas que sepan qué están comprando y qué promueven mediante esa compra, no los y las que simplemente rellenan la cesta de la compra. Debemos ser conscientes de lo que conlleva comprar un producto u otro, sobre todo teniendo en cuenta la situación crítica que están sufriendo el sector de carne de vacuno y el sector lácteo. Si nos importa el medioambiente, también nos debe importar los productos que compramos, puesto que detrás de esos productos se esconde una manera de hacer, una apuesta por la calidad, el compromiso de cuidar nuestra tierra y el trabajo para mantener la economía de nuestros pueblos.